Laprimera crisis capitalista en China
Las tasas de
crecimiento de la economía en China han sido objeto de admiración en
todo el mundo. Parecía que el capitalismo había llegado a China para
mostrar todas sus virtudes y cuando se señalaban los defectos, la
mayoría de la gente prefería ignorarlos. Hoy la economía china camina
por el sendero de la crisis, su primera crisis capitalista de índole
macroeconómica.
Datos oficiales en China revelan que la tasa de crecimiento promedio
para el periodo 1991-2014 fue de 10 por ciento. Aunque se sabe que las
estadísticas del gobierno chino son objeto de manipulaciones
significativas, aún las cifras corregidas arrojan lo que se antoja como
un desempeño espectacular. Pero desde 2010 la economía china ha sufrido
una desaceleración de 35 por ciento y en 2014 se registró la tasa de
crecimiento más baja desde 1991.
Cuando una economía crece a tasas de dos dígitos no es extraño
observar el surgimiento de severas distorsiones. No me refiero aquí a
las distorsiones que los economistas neoclásicos quieren ver en el
sistema de precios debido a la intervención del gobierno en la vida
económica. Esos economistas han querido ver una mayor liberalización del
mercado porque argumentan que la economía
socialistaen China acarrea una seria deformación de precios e incentivos. De esta manera los problemas de la economía china se cargan a la cuenta de la intervención del gobierno, no a la inestabilidad intrínseca de las economías capitalistas. Olvidan que el Partido comunista chino es hoy el administrador de una de las economías capitalistas más salvajes de la historia.
Nos referimos a las distorsiones estructurales que hoy marcan a la
economía china. En especial, destacan las distorsiones sobre los
sectores de bienes raíces y financiero.
El sector de bienes raíces ha sido clave en el proceso de acumulación
capitalista y en las transformaciones estructurales en China. Uno de
estos cambios ha sido la transición urbana: desde 1949 cuando se
consolidó la victoria del Partido comunista chino han surgido más de 600
nuevas ciudades.
En 2004 se introdujo una reforma constitucional sobre propiedad
privada residencial y se aceleró la inversión en bienes raíces. Las
expectativas sobre la evolución del mercado impulsaron la demanda y el
aumento de precios de casas y departamentos hasta el año pasado. Pero
entre enero y diciembre de 2014 el mercado se contrajo y los precios de
casas se desplomaron.
Algunos datos indican que la burbuja en los precios de bienes raíces
se está desinflando en lugar de reventar. Pero nada garantiza que lo
peor haya pasado y otros indicadores son menos optimistas. El exceso de
espacio residencial y de oficinas sin vender es enorme (hay más de 60
millones de departamentos que no se han podido vender) y con la
desaceleración no será fácil identificar compradores.
El freno en la expansión del sector bienes raíces es un
poderoso lastre sobre la economía china: tomando en cuenta los
eslabonamientos hacia atrás con las industrias de acero, cemento,
vidrio, muebles y aparatos eléctricos el sector bienes raíces representa
30 por ciento del PIB. Sin la recuperación del sector bienes raíces la
economía china seguirá mostrando menores tasas de crecimiento y se
agravará la difícil situación por la que atraviesan esas industrias que
ya acusan altísimos niveles de sobre-inversión.
Sin nuevas inyecciones de crédito el sector de bienes raíces no podrá
crecer. Pero una buena parte de la abultada cartera vencida de los
bancos chinos está vinculada al sector de bienes raíces. La única manera
de enderezar el sector de la construcción es mediante una corrección
mayor en los precios de casas y departamentos para atraer un número
creciente de compradores. Pero ese ajuste de precios afectará la
posición de los agentes de bienes raíces que se han sobre-endeudado y no
podrán pagar sus créditos.
El gobierno chino ha hecho hasta lo imposible para mantener a flote
su sistema financiero. Pero una de las características del mercado
accionario y de las operaciones financieras en China es el excesivo
apalancamiento. Como se sabe, eso no ayuda nada cuando el pánico se
apodera del rebaño de inversionistas y especuladores.
El colapso en el mercado de valores en China ha sido espectacular:
del 15 de junio a la fecha el valor de mercado sufrió una caída de 30
por ciento, con más de 4 billones (castellanos) de dólares de pérdidas
en capitalización.
Para apoyar el mercado el gobierno ha tratado todo: desde iniciar un
programa de compra de títulos y reducir las tasas de interés, hasta
suspender las transacciones del 54 por ciento de las acciones que se
cotizan en China.
Y cuando por fin nada parecía detener el colapso el gobierno tuvo que
interrumpir las transacciones. Pero el apalancamiento ha sido
desorbitado y la caída apenas ha comenzado.
Si alguien pensó alguna vez que el capitalismo en China no mostraría
su verdadera cara, debe pensarlo dos veces y revisar los números e
indicadores sobre el sector financiero y la economía real. Es posible
que la crisis en China apenas esté arrancando.Alejandro Nadal
Twitter: @anadaloficial
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