La maroma enaltece a San Miguel Amatitlán y tiene su película La Tiricia

HUAJUAPAN DE León, Oax.- Versos, canto, música y acrobacias, con personajes que hacen reír a los presentes acompañados por una banda de viento, son parte de la maroma, que en esta región de la Mixteca se está intentando fortalecer y recuperar pues hay lugares en los que ha desaparecido.
La maroma es una representación escénica que mezcla canto, acrobacias y pantomimas, que algunas comunidades oaxaqueñas la maroma tiene un significado muy importante, ya que forma parte de sus festividades patronales. La Compañía de Maroma de San Miguel Amatitlán, liderada por Alfonso Jiménez Fernández, se ha mantenido gracias a la transmisión de conocimientos de tres generaciones quienes aún crean y recrean este hermoso arte que tiene reminiscencias prehispánicas pero que también se combina con la acrobacia occidental.
En el marco del Encuentro de las Mixtecas, en la Plaza de la Libertad de Expresión de Huajuapan se presentó la banda de viento de San Miguel Amatitlán y la Compañía de Maroma. Durante el espectáculo el público no dejó de aplaudir y bailar al ritmo de sus canciones. Familias completas, en las que había muchas personas de la tercera edad y también niños, fueron testigos de un asombroso entretenimiento.
La compañía de Maroma de San Miguel Amatitlán, se ha presentado en el canal 22 en el programa ‘Tocando Tierra’ y también distintos foros estatales como el Centro Cultural San Pablo. Actualmente se encuentra trabajando con el grupo Pasatono Orquesta como parte del espectáculo de su disco ‘Maroma’. Asimismo los dos han participado en la película La Tiricia.
Alfonso Jiménez, maromero de San Miguel Amatitlán, se inmiscuyó en la maroma cuando tenía 22 años de edad, es decir, hace 35 años gracias a su padre Erasmo Jiménez Martínez, quien también era payaso y maromero.
Don Alfonso señaló que la maroma es una profesión riesgosa pues las acrobacias que realiza en el trapecio las hace sin protección, “además, cuando hace frío, el tubo se siente resbaloso”. Afortunadamente nunca se ha caído y espera que esto no suceda, pues podría perder la vida.
Lo difícil es para ellos, también es trasladarse desde su comunidad a donde se presentan y regresar, ya que las funciones regularmente son en la noche y no cuentan con transporte propio.
Sin embargo, vale la pena por cumplir el reto de divertir a la gente "Este trabajo para mí es muy bonito, afortunadamente tuvimos muchas presentaciones en el mes de enero y eso nos llena, porque es difícil hacer reír a la gente, hay públicos que nos cuestan mucho, pero en lo general la maroma ha tenido una buena aceptación", expresó.
Alfonso señaló que para sus presentaciones ya no practica puesto que ya se sabe las cantadas (tiene alrededor de 15 en su repertorio, que se las regaló un payaso ya fallecido de Tacache de Mina,  y conforme percibe al público es como se va desenvolviendo.
La maroma, agonizante
"La maroma se está perdiendo porque la juventud no la valora, la ve como cualquier cosa y no lo es, la verdad es que gente grande de alrededor de 60 años sigue muchísimo la maroma, a los pueblos a donde vamos, pura gente grande hay, casi no se acercan los jóvenes", lamentó.
Uno de los factores por los que se está perdiendo es que no es un negocio rentable pues don Alfonso tiene que dedicarse también a cultivar el campo.
Dependiendo del lugar donde soliciten las presentaciones, es el cobro que realizan porque además de trasladarse, tienen que llevar el trapecio para las acrobacias, no es rentable, pero en realidad el amor al arte es lo que les mantiene en la tradición, señala.
"No podemos cobrar bien porque la gente no lo paga, dicen que la maroma ya no es la mejor diversión como antes, por eso no hay muchas presentaciones, pero lo que más me gusta es ver reír a la gente con nuestro trabajo, con eso nos dan más ganas de seguir en la maroma", señaló.
Motivo de unión familiar
Aurelia Bonilla Arellano, integrante de la Compañía de Maroma de San Miguel Amatitlán, dijo que gracias a la maroma pudo sacar adelante a sus hijos ya que no había la forma de sostener a nueve hijos.
Ingresó hace 30 años con mucha pena para hablar en público, recuerda, porque la primera vez que participó en la maroma fue en su barrio, de Santa Cruz. Se le olvidaron los diálogos y salió mal, dice, pero hoy en día comparte con su esposo el gusto de hacer reír a la gente, sin vergüenza y hasta involucrando a sus nietos de 5 y 9 años de edad.
En este sentido, hizo un llamado a la ciudadanía a acudir a disfrutar de la maroma para que no se pierda totalmente, ya que a la situación de desinterés de la ciudadanía, se suma la falta de apoyo de las instancias gubernamentales.
Cerca de 20 compañías de maroma en la Mixteca
Guillermo Círigo Villagómez, jefe de la Unidad Regional de Culturas Populares, informó que hasta la fecha tienen detectadas en Oaxaca 30 compañías de Maroma, de las cuales, cerca de 20 son de comunidades de la Mixteca.
Algunas de las comunidades donde aún se conserva la maroma son: San Miguel Amatitlán, San Martín Zacatepec, San Juan Yolotepec, Tacache de Mina, San Pedro Molinos, Santa Catarina Ticuá, Noltepec y Santa Rosa Caxtlahuaca, por mencionar algunas.
"No todas son tan completas como la de San Miguel Amatitlán, aunque algunas tienen muy buen trabajo de acrobacia, otras de pantomima, otras de versos", refirió Círigo Villagómez.
El trabajo que realiza Culturas Populares desde hace 6 años consiste en la detección de compañías existentes, identificar sus necesidades de capacitación, las rutinas que presentan, los integrantes y la formación de nuevos cuadros.
También verificar el tipo de repertorio que interpretan, además de la formación de talleres de capacitación en Oaxaca y la Mixteca oaxaqueña y poblana para niños y jóvenes así como la promoción de esta cultura popular.
De igual forma, trabajan en la recopilación de música de versos y cantos en cada una de las compañías de maroma y la escrituración de las partituras.Nathalie GÓMEZ/Corresponsal

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