La costura del balon de futbol, un trabajo precario en Amatitlán



Rodolfo Hernández Peña, originario del municipio de San Miguel Amatitlán, dijo que desde hace 35 años se dedica a la elaboración de balones de futbol, en un inicio ganaba siete pesos por elaborar uno y podía hacer hasta tres piezas en un día.
El cansancio y la vista ya no ayudan a Rodolfo, ya que ahora sólo puede hacer un balón al día, aunque toda la familia aprendió a hacer balones, en una semana reúnen de 20 a 30 balones que se los pagan individualmente a 13 pesos; el recurso obtenido por este trabajo diario sólo les permite vivir al día.
Hernández Peña expresó que antes elaboraba sombreros, pero se le ganaban sólo tres pesos por hacerlos, entonces cuando llegó el balón prefirió dedicarse a eso, sin embargo, durante este tiempo no ha progresado su calidad de vida.
Mencionó que el gobierno no impulsa a la gente que trabaja, sólo se les interesa llevarse el dinero y los trabajadores y campesinos viven en el olvido, dijo, “así nunca progresarán las comunidades, cuando es tiempo de lluvias vamos al campo a sembrar maíz, que es el que consumimos durante el año, ya que para vender no nos alcanza”, agregó.
Regresando del campo es cuando se aprovecha el tiempo que sobra para hacer balones, señaló, el precio del balón ya no aumenta de 13 pesos, pero los productos cada día son más caros, no se puede hacer nada, lo que nos queda es conformarnos con lo poco que ganamos por esta actividad, indicó.
En el pueblo no hay fuentes de trabajo, manifestó, para eso es necesario salir de la comunidad si se quiere tener un mejor sueldo, sin embargo, no es fácil dejar a la familia o ir a buscar empleo a ciudades donde no conoce uno a nadie, expresó.
Aunque hagamos muchos balones que se vendan en Huajuapan de León u otra ciudad, señaló, el único beneficiado es quien lo vende, porque a nosotros nos siguen pagando lo mismo, además tampoco se nos permite venderlos, dijo, porque tenemos que entregarlos como pedidos.
Hemos pensado en hacer nuestros propios balones, señaló, pero la falta de recurso económico para invertir nos frena. Sabemos cómo cortar el producto para elaborar los balones, sin embargo, para comprar una cortadora en la comunidad se necesita mucho dinero, aparte una vez hecho el producto se tiene que buscar en dónde venderlo, indicó.
En la población no comprarían nuestro producto porque la situación económica está muy difícil, la gente prefiere comprar aceite o para comer. Hacer los balones para otra persona por lo menos nos da un poco de ganancia y es un trabajo difícil, pero seguro, porque vienen personas a recoger los balones hasta donde vivimos y con lo que nos pagan es con lo que vamos pasando los días, finalizó Hernández Peña. Igabe
               

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